
No eran espacios amplios cultivados, como en occidente, sino entornos para edificios, tanto residenciales como puramente decorativos, tales como pabellones y refugios. Los jardines se diseñaban para ser contemplados desde dichos edificios, y además de árboles y flores, solían tener elementos acuáticos, como estanques y rocas ornamentales. Las rocas solían provenir del lecho de un lago o un río, dónde habían sido erosionadas, adaptando formas inusuales.
Hoy os traemos diferentes entornos que hemos podido disfrutar a lo largo de los continuos viajes que realizamos a China.
¡No dejéis de visitarlos si tenéis ocasión!
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